Ahora que el bebé continúa creciendo y presionando tus órganos internos, podrías sentir que ya no tienes tanta hambre como tenías hace unas semanas. En este periodo te resultará más fácil digerir comidas pequeñas y frecuentes. Si el bebé empieza a encajarse en la pelvis, puede que tengas menos acidez (agruras) y menos sensación de ahogo. Este descenso del bebé en la pelvis se llama encajamiento y lo más común es que ocurra antes del parto, si éste es tu primer bebé. El encajamiento puede incrementar la presión en la parte baja del vientre y hacer que caminar te resulte incómodo. Algunas mujeres dicen que sienten como si llevaran una bola de jugar a los bolos entre las piernas, o como si el bebé se fuera a salir (no te preocupes, ¡no se va a caer!).
¿Estás despistada? Olvidarte de las cosas es normal durante el último trimestre. Puedes sentirte abrumada o simplemente distraída por los grandes cambios que está a punto de experimentar tu vida, además de cansada, si no puedes dormir bien por las noches.También es posible que sientas que las contracciones de Braxton Hicks son ahora un poco más frecuentes. Éste es un buen momento para revisar con tu médico exactamente cómo y a dónde lo tienes que llamar, cuando creas que tu parto ha empezado. Por regla general, debes llamarlo si tienes contracciones regulares cada cinco minutos, durante una hora. Si tienes señales de parto esta semana, llámalo de inmediato, porque el bebé se considera prematuro hasta la semana 37. También debes llamarlo enseguida si rompes aguas (rompes la fuente o bolsa), si piensas que te está goteando un poco de líquido amniótico, si notas que el bebé ya no está tan activo o si tienes hemorragia vaginal, fiebre, dolores de cabeza muy fuertes, dolor abdominal o cambios en la visión.
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