¿Estás ya más que cansada de ese enorme vientre y de los dolores de espalda? ¿Te agota caminar como un pato o tener que ir al cuarto de baño cada hora? ¡Ánimo! Puedes distraerte con información de calidad que hará que estos pocos días que te quedan antes del parto sean mucho más llevaderos:
-Los ejercicios para la base de la pelvis:
¿Qué son los Kegel?
Los Kegel son ejercicios que puedes hacer para fortalecer los músculos del suelo pélvico, es decir, los músculos que sostienen la uretra, la vejiga, el útero y el recto. Los ejercicios llevan ese nombre por Arnold Kegel, un ginecólogo que los recomendó allá por la década de 1940 para ayudar a las mujeres a luchar contra la incontinencia urinaria, o la disminución del control de la vejiga, que puede ocurrir después del parto.
Si todavía no has empezado a practicar los ejercicios de Kegel, comienza a hacerlo ahora y haz de ellos un hábito para toda la vida. El fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico ayuda a prevenir la incontinencia urinaria de esfuerzo, un problema que afecta hasta al 70 por ciento de las mujeres en algún momento durante o después del embarazo. Incluso hay evidencias que sugieren que tener los músculos del suelo pélvico fuertes puede ayudar a acortar la etapa de pujos en el trabajo de parto.
Los ejercicios de Kegel también mejoran la circulación de las áreas rectal y vaginal, ayudando a mantener las hemorroides acorraladas y acelerando la cicatrización después de una episiotomía o un desgarro durante el parto. Finalmente, continuar practicando los ejercicios de Kegel regularmente después de dar a luz no sólo ayuda a mantener el control de la vejiga, sino que también mejora el tono muscular en la vagina, haciendo que se pueda disfrutar más el sexo de posparto.
¿Cómo los hago?
Imagina que estás evitando eliminar gas e intentando detener el flujo de orina al mismo tiempo. La sensación es de "apretar y levantar": cerrar y detener los pasajes delantero y trasero. (Consejo: Inserta un dedo limpio en tu vagina antes de hacer un Kegel. Si sientes presión alrededor de tu dedo, vas por buen camino. O intenta hacer un Kegel cuando hagas el amor y pregúntale a tu pareja si puede sentirlo. Si lo haces correctamente, él podría sentir que "abrazas" su pene.)
Asegúrate de estar apretando y levantando sin contraer la panza, apretar las piernas, contraer las nalgas o retener la respiración. En otras palabras, sólo los músculos del suelo pélvico deberían estar trabajando. Aunque es posible que al principio tengas problemas al utilizar estos músculos en forma aislada, resulta más fácil con la práctica. Puede ayudarte que coloques una mano en tu panza al hacer los ejercicios de Kegel para asegurarte de que esté relajada.
Mantén cada Kegel durante ocho a diez segundos antes de terminarlo, y relájate durante algunos segundos luego de realizar cada uno. Si estás sufriendo de incontinencia urinaria, intenta realizar un Kegel mientras estornudas o toses. Es posible que descubras que eso evita que gotees.
¿Con qué frecuencia debería hacerlos?
Comienza con algunos ejercicios de Kegel en un momento durante el día. A medida que sientas que tus músculos comienzan a fortalecerse, aumenta gradualmente tanto la cantidad de ejercicios de Kegel que hagas por día como el periodo de tiempo en que mantienes cada contracción. Hazlos en series de diez e intenta hacer tres o cuatro series aproximadamente tres veces por día.
Haz que los ejercicios de Kegel formen parte de tu rutina diaria: Por ejemplo, puedes hacer una serie cuando te levantas a la mañana, mientras miras televisión, o antes de ir a la cama. Pero realmente no importa cuándo o dónde los hagas, siempre y cuando los hagas con regularidad.
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